El Comienzo

El Comienzo (2012)

Todo comenzó en 2012 con una idea sencilla. Éramos un grupo de jóvenes de nuestra iglesia local, apasionados por la música, por los espacios de adoración auténticos, y con un deseo sincero de vivir algo más profundo que lo habitual. Queríamos romper la rutina, salir de lo predecible y crear algo que tuviera sentido para nuestra generación.

Así nació la propuesta de reunirnos cada tres meses, sin grandes planes ni experiencia, pero con una convicción muy clara: hacer algo diferente. Algo abierto, cercano y con propósito.

En aquel entonces, no era común ver este tipo de encuentros en la comunidad hispana de Montreal. Las iglesias seguían con sus programas locales, pero había pocas iniciativas fuera de lo rutinario. Eso nos motivó aún más. Queríamos ver hasta dónde podía llevarnos este impulso.

La mayoría de nosotros habíamos nacido en Quebec, lo cual nos dio una visión más amplia. Sentíamos la necesidad de que este espacio fuera accesible, no solo para quienes hablaban español, sino también para aquellos que crecieron en un entorno francófono. Queríamos tender un puente entre culturas, uno que reflejara quiénes somos y cómo vivimos nuestra fe aquí, en esta tierra que también es parte de nuestra identidad.

Lo que comenzó como una idea entre amigos fue tomando forma, creciendo paso a paso… hasta convertirse en algo mucho más grande de lo que imaginábamos.

De reunión local a conferencia

Nunca hicimos esto buscando multitudes. Nos bastaba ver a unas 70 personas reunidas en nuestra iglesia, adorando con libertad y con un deseo genuino de estar allí. Había algo especial en ese ambiente, y eso ya era suficiente para nosotros.

Sin embargo, con el tiempo, sentimos curiosidad por explorar un nuevo formato: una conferencia. Nos inspiraban los grandes eventos que veíamos en Estados Unidos, con su excelencia, creatividad y organización. Queríamos intentarlo: formar equipos, planificar, invitar a otros y abrir más puertas.

Pero pronto comprendimos algo importante. Aunque una conferencia tiene su valor, no lograba despertar en nosotros la misma emoción que aquella idea original que Dios puso en nuestros corazones. La sencillez con la que nos reuníamos al principio, la libertad para adorar sin moldes, la autenticidad de esos encuentros… eso tenía una fuerza diferente.

Esa etapa nos enseñó que sí, necesitábamos estructura y un equipo. Pero también nos recordó que el formato nunca sería lo esencial. Lo esencial era el corazón con el que todo había comenzado.

La pausa forzada (2020)

En 2020, como a muchos, la pandemia nos obligó a hacer una pausa. Cancelamos la conferencia y dejamos los planes en espera, sin saber cuándo —o si— podríamos retomarlos. Fue un tiempo de incertidumbre, pero también de reflexión.

En el fondo sabíamos que esto no había terminado. Solo estaba esperando el momento justo para volver. Tal vez de otra manera. Tal vez con un propósito más claro.

El regreso con propósito renovado (2023)

En 2023, después de años en silencio, sentimos que era tiempo de volver. Pero esta vez, con una visión distinta. Ya no se trataba solo de organizar un evento, sino de volver al propósito que siempre había estado allí desde el principio: la unidad… y ahora, el avivamiento.

"Desde el principio, el propósito no era solo cantar juntos, sino unir corazones para provocar el cielo."

Queríamos ver a diferentes iglesias, generaciones y culturas reunidas. No solo para cantar, sino para encontrarse, para encender algo profundo, algo que transformara vidas, familias y ciudades.

Y entendimos que no era necesario complicarlo. Lo esencial seguía siendo reunirnos como somos, con lo que tenemos, para algo que realmente vale la pena.

E3Worship Night hoy

Hoy, E3Worship Night es mucho más que una fecha en el calendario. Es un movimiento que sigue creciendo con cada persona que se suma, con cada historia que se comparte, con cada corazón que se enciende por el avance del Reino de Dios en nuestra ciudad, Montreal. Y todo esto nace desde una comunidad latina que ha hecho del servicio una expresión de amor.

Seguimos soñando, seguimos aprendiendo, y seguimos creyendo que lo mejor está por venir.

Cada noche de adoración es, en esencia, un clamor por avivamiento en una ciudad que necesita más de Jesús. Nuestro anhelo es ver a Montreal transformada —no solo por un evento, sino por corazones que despiertan y se levantan con propósito.

Si alguna vez estuviste en uno de nuestros encuentros, o si hoy estás leyendo esto con curiosidad, queremos que sepas algo:

Esto también es para ti.